domingo, 1 de marzo de 2015

Campo de Higgs y realidad

Partícula, bosón, o campo de Higgs

En física se trabajan dos teorías sobre la descripción de la realidad: La primera, la de la relatividad general de Albert Einstein, que explica la gravedad, que mantiene unidos planetas y galaxias, es la teoría del universo a gran escala; y la segunda, el modelo estándar, de la mecánica cuántica, que incorpora las otras tres fuerzas, que operan a escala microscópica: el electromagnetismo, tan conocido y aplicado en la tecnología actual y las fuerzas nucleares débil (es la responsable de fenómenos naturales como la desintegración radiactiva) y por último la fuerza fuerte (es la responsable de mantener unidos a los, protones y neutrones, que coexisten en el núcleo atómico). Este modelo es, el desarrollado por varios científicos, a partir de los años setenta del siglo anterior, entre ellos Peter Higgs, que describe las interacciones y el comportamiento de la mayoría de partículas fundamentales del universo, como los quarks, los protones, los neutrinos y otros menos famosos como los muones. Desde la década de los sesenta los físicos han ido descubriendo cada uno de ellos. El bosón de Higgs era la pieza que faltaba para completar el rompecabezas. Primero intentemos definir cuál es la forma correcta de referirnos al importantísimo descubrimiento hecho por Peter Higgs y su equipo en el acelerador de partículas del CERN, en Ginebra Suiza, y después a la interpretación filosófica del mismo.

La Ciencia y la tecnología actual caminan con paso más rápido que la filosofía. Al parecer, los filósofos piensan que tienen mucho por hacer en otros campos, y poco, en las matemáticas y la ciencia. Sin embargo, la filosofía tiene mucho que aportar en este campo debido, sobre todo, a que los físicos teóricos tienen importantísimos hallazgos en su área que no saben cómo interpretarlos con un discurso que no sea tan técnico. La ciencia actual no tiene una visión global del universo, hemos caído en la especialización y el reduccionismo tan perjudicial, a veces, para ver el paisaje completo; contrario a lo que sucedía en la antigua Grecia, que las intuiciones y especulaciones filosóficas acerca de la naturaleza de las cosas de estos grandes pensadores dieron origen a la Ciencia actual de Occidente. Esa pléyade de filósofos griegos mostró horizontes muy amplios a la inteligencia del mundo. Podemos citar a Heráclito con su propuesta del ser y el devenir de un mundo siempre cambiante.

El mundo real consiste en un equilibrado ajuste de tendencias opuestas. Detrás de la lucha de los contrarios, y de acuerdo a, determinadas leyes, existe una armonía o consonancia, que es el mundo. Es decir, lo que entendemos por la realidad del mundo está conformada por la interacción de los componentes contrarios en el campo de la naturaleza. A Pitágoras, Euclides, Arquímedes con sus valiosos aportes al pensamiento matemático. Leucipo y Demócrito, con la intuición genial de que los ladrillos fundamentales de la materia, eran unas entidades indivisibles que llamaron átomos. Pasaron casi XXV siglos en la historia de las ciencias para que se revisara este concepto; así, a comienzos del siglo anterior, los físicos comprobaron que ésta unidad no era tan básica y simple, como la entendían los griegos, pues contenía componentes subatómicos que los denominaron electrones, neutrones y protones, y su vez, los protones otros más pequeños, como los quarks.

También, algunos años después, lograron penetrar el núcleo atómico y dividirlo, liberando con ello, grandes cantidades de energía que contenía en su interior y, algunos gobiernos, le dieron aplicación militar e industrial. En estas condiciones, ya, ésta entidad básica de la naturaleza no le queda bien el nombre que sustenta, el de átomo, porque su nombre es inapropiado y adolece de anacronismo. Sin embargo, los físicos y químicos modernos conservan este nombre en sus prácticas y experimentos. Tenemos también a Platón con la visión de la realidad donde afirmaba que el origen y esencia de esta era la idea. Es decir, para este filósofo, primero era la idea, antes que la materia y la energía, indicando con ello que la idea era el origen y esencia de todas cosas del mundo, afirmaba, además, que la realidad estaba hecha con las copias de nuestras ideas. Por una afortunada coincidencia, en este siglo XXI, la física cuántica de vanguardia por medio de experimentos de laboratorio de alta energía, ha llegado a similar conclusión: los componente fundamentales de lo que entendemos por la realidad, no es la masa, ni energía, sino la información. Por lo tanto, con estos experimentos y evidencias científicas, la filosofía tiene mucho que hacer hoy. Pero continuemos con los antiguos griegos, Aristóteles, por su parte, aportó mucho al pensamiento de occidente con la construcción formal de la lógica y las reglas del discurso. Únicamente he citado a los más relevantes, pero en los cinco siglos antes de la actual era llegaron a este mundo, (quien sabe de qué galaxia), verdaderos portentos humanos que iluminaron con su inteligencia el camino de la razón y nos enseñaron a pensar.

El campo de Higgs

Según la teoría del físico británico Peter Higgs, propone la existencia de bosones que intrínsecamente no tienen masa. Al carecer de ella, no tienen extensión, ni forma física. Según éste científico, el Universo está impregnado de un campo, (el campo cuántico unificado de la naturaleza), que ofrece resistencia a este bosón y en esta interacción les otorga masa a las partículas subatómicas. Para expresarlo en el lenguaje de la Ciencia: Con las interacciones, (bosones), entre los componentes del campo, (fermiones), del vacío atómico, se construye toda la materia del universo.

Hay que resaltar que lo que propone este físico es un bosón que interactúa con el campo cuántico unificado de la naturaleza, y en esa interacción otorga masa a los fermiones. No es una partícula subatómica, en el sentido como lo es el protón, el neutrón y el electrón tal y como lo afirman los medios de comunicación porque en ese caso sería un fermión. Los bosones son interacciones del campo cuántico y son de la misma naturaleza que de la información. Sabemos que las interacciones son intercambios de información y energía entre dos, o más entidades. Es por esta asombrosa propiedad de este bosón en particular, por la que los medios periodísticos y algunos científicos del mundo, entre ellos el Nobel de Física León Lederman, la llaman la partícula de Dios. Y no es para menos, en la interacción de esta entidad energética con el vacío cuántico es como se originaron y todavía se originan las partículas materiales en el universo. El campo de Higgs llena el espacio vacío y, en la medida en que las partículas se mueven a través de él, su interacción les causa tener masa. Sin el bosón de Higgs no habría masa y sin ella, no habría átomos, ni estrellas, ni planetas, ni mucho menos vida, tal y como se conoce.

Se cree que durante el Big Bang, la explosión que dio origen al universo, no había masa, pero, una trillonésima de segundo después, el campo de Higgs llenó el vacío y le dio al cosmos la estructura que tiene hoy. Si se confirma que de hecho es el mismo bosón propuesto por Higgs, esto implicaría que el modelo estándar estaría completo. Si, por el contrario, se trata de un nuevo bosón, tanto mejor para los físicos, pues "abriríamos la posibilidad de explorar nuevas alternativas y tener indicios de que hay modelos más allá del estándar para explicar los fenómenos que no están descritos allí", dice Gabriela Navarro, investigadora del Grupo Experimental de Física de Altas Energías de la Universidad Antonio Nariño de Bogotá Colombia. El modelo estándar propone que así como la fuerza electromagnética tiene una mínima partícula o quantum, que es el fotón, el campo de Higgs debía tener la suya propia: el bosón de Higgs. El campo de Higgs sería una especie de continuo que llena el vacío en el cual las interacciones con el resto de partículas están mediadas por el bosón de Higgs. En este campo, las partículas más ligeras se moverían fácilmente mientras que las más pesadas lo harían con mayor dificultad.

Aunque parezca muy extraño la conciencia humana podría, de alguna manera, articularse a este campo cuántico. La magia de la creación continúa todavía desde los primeros instantes siguientes después del Big Bang, por tal motivo, algunos físicos teóricos como Vlatko Vedral de la universidad de Oxford Inglaterra, afirman que la naturaleza de la realidad no la conforma, ni la masa, ni la energía, sino que es información pura. Ahora, de donde viene la información? Obviamente de todo el universo y la mente es uno ellos, ya que esta origina las ideas, pensamientos, visualizaciones, etc.; estos términos los extrapolamos, en este contexto, con el vocablo información. Esta es una especie de virus informático que invade todo el universo. Hace unos XXV siglos el maestro Buda intuyó que la mente y la materia, eran dos formas de una misma y una sola cosa. Es decir, que la mente y la materia eran equivalentes, entonces, donde hay masa o materia hay información y por lo tanto mente. Por otra parte, Platón afirmó en el Timeo que el origen y esencia del mundo material era la idea. Cuando hablamos de los pensamientos, ideas, información, etc. tenemos que ver con el generador de éstas y este es el observador con su mente o su conciencia, que en este contexto es lo mismo. La ciencia actual es, en su método, dualista y cartesiana. Es decir, el observador y el mundo allá fuera son como entidades independientes. Yo estoy por fuera de los fenómenos de la naturaleza que deseo investigar. Esto es ejercer un reduccionismo dual que nos saca de toda realidad del mundo. Ignoramos que somos parte de él, somos gotas del mismo océano, ignoramos que todos somos los componentes de un holograma universal.

Para entender esto, es necesaria una mueva teoría científica para apropiarnos de las leyes de la naturaleza que incluya al observador y su mente como parte integrante de los fenómenos de la misma. Esto de alguna manera, nos conduce a modificar nuestras creencias sobre la realidad y el papel que desempeña el observador en ella y por consiguiente, también, al paradigma científico. De esa manera, podríamos comprender mejor, la parte determinante que ejerce el observador con su poder de la atención e intención, en el proceso de cognición como atributos de su mente, en todas las leyes que operan en el universo. El cual, ya no sería un ente pasivo en el mundo, sino un co-creador de la realidad.

Como consecuencia de lo anterior, hablar de la masa como componente indispensable del universo, ya no tiene sentido. Tenemos que dirigir nuestra atención a la información o a la idea como elemento primario de la naturaleza. La realidad sólida material que nos muestran nuestros sentidos desaparece, para darle cabida a un modelo holográfico virtual compuesto de información. Ya lo decían Niels Bohr y Werner Heisenberg en el año 1934. Las partículas materiales aisladas son abstracciones, (ideas?), ya que sus propiedades sólo son definibles y observables mediante su interacción con otros sistemas. Heisenberg, da un paso más y afirma: estas abstracciones serían, presumiblemente, simetrías matemáticas, de una naturaleza similar a las ideas tal y conforme lo lo postula Platón.

Una breve nota sobre cómo se forma un holograma. Es una técnica avanzada de fotografía que consiste en crear imágenes tridimensionales. Para obtener un holograma, el objeto a fotografiar es bañado por la luz de un rayo láser. A continuación se hace rebotar un segundo láser contra el reflejo luminoso del primero y el patrón de interferencia resultante, (el área donde se cruzan ambos láseres), es capturado de modo fotográfico. Al ser revelada, la película resultante muestra lo que parece un amasijo caótico de luces y líneas oscuras. Sin embargo, basta con iluminar la película con un nuevo rayo láser para conseguir una imagen tridimensional del objeto original. La interferencia producida por el choque de dos ondas de luz láser hace posible el holograma. Quizás, el holograma es una propiedad natural del universo soportado y explicado, como teoría científica apoyada en el comportamiento ondular de la materia a escala subatómica. Donde cada parte de la interferencia, contiene la información del todo. Veamos un ejemplo: Una fotografía laser tiene una propiedad insólita, muy diferente a una fotografía en dos dimensiones de nuestro álbum familiar; en este caso, si cortamos la foto en mucho fragmentos, sus partes no significarían nada, solamente servirían como elementos para armarlos nuevamente como en un rompecabezas.

La foto holográfica, en cambio, si la fraccionamos en muchos pedazos, cualquiera de ellos contiene la información de toda la imagen original si la iluminamos con una fuente de luz láser. Toda la materia del universo, en su vibración atómica, envía ondas electromagnéticas de información, que en este contexto, llamaremos cuantos de información el cual produce zonas de interferencia que forman un ovillo confuso no comprensible, (un holograma), que solamente el observador, con el poder de la atención, captura con sus sentidos y entrega a su mente para ésta decodifique la información holográfica y la transforme en percepción.

Aquí se cumple la propiedad fundamental de la Mecánica Cuántica: la onda se convierte en partícula, ante la atención del observador. La atención de éste hace las veces de la luz láser. El universo no lo podemos ver tal cual es, porque tiene una dimensión oculta, quizás con tres coordenadas simétricas a las que vemos con nuestros sentidos, (en la terminología de David Bhom, se diría: dimensión implicada), sólo podemos ver una parte que es la que se despliega ante nuestros ojos, como si fuese un holograma, el cual solamente lo podemos percibir porque los rayos de luz y la atención del observador están iluminando la imagen en 3D; el cual es un magnífico recurso metafórico para intuir mejor la interdependencia básica de la unidad diferenciada con el todo. Somos parte de un modelo sistémico de la vida. Quizás sea la mente humana la que jalona la fenomenología en la naturaleza.

Las leyes de la percepción 

Por otra parte, en la búsqueda de un nuevo paradigma, también, tenemos que revisar las leyes que operan en el proceso de cognición; debido a que, contrario a lo que se piensa, la percepción del mundo es una proyección de la mente del observador, esto significa nada más y nada menos, que éste ve a la naturaleza de acuerdo al filtro de sus creencias, al paradigma científico imperante, al entorno cultural, es decir, de acuerdo a su marco de referencia interno. El mundo es el espejo de su mente, no ve afuera sino lo que se proyecta desde su espectro mental interior. Toda la representación del universo no puede ser sino relativa, porque está condicionada por sus creencias, pero jamás será una representación absoluta. En estas condiciones, la percepción de la realidad del mundo es subjetiva, pues está condicionada por el contenido mental del observador. Hay una propiedad axiomática de la mente para crear su propia realidad: A todo a aquello que le pones tu atención se transforma. Hay Físicos de la Mecánica Cuántica que afirman que el observador crea esta realidad. Esta es una herramienta sutil e infalible que nos regaló la naturaleza para interactuar con el Universo.

Desde luego, estas propiedades de la mente, la atención e intención, deben estar cargadas con contenidos emocionales y creencias muy claras para que este axioma opere con efectividad. Pues no debe haber una disonancia cognitiva entre lo mental y lo emocional, es decir, ambivalencias, o palos en la rueda, entre lo que deseamos y lo que pensamos. El pensamiento y el deseo deben ser coherentes para no sabotear nuestras propias elecciones. Nuestro pensamiento, debe ser un conjunto de ideas y emociones estructuradas cognitivamente con un significado y un propósito de comunicación. En estas condiciones, poseemos la atención y la intención focalizada en un solo objetivo. Según la teoría científica de vanguardia y apoyado en la física cuántica, hay una relación directa entre nuestra realidad física y un campo de energía conocido como Campo Unificado de la Naturaleza, o el campo de infinitas posibilidades. (El campo de Higgs?). Este campo se altera cuando la concentración del pensamiento, la atención y la intención del sentimiento se proyectan sobre él. Yo doy vida, de alguna manera, a aquello que observo, a aquello en lo que pongo mi atención. Si es a pensamientos negativos, cosecharé lo que siembro. ¿A qué pensamientos les doy mi atención? Recordemos que un electrón, tiene una naturaleza dual, onda-partícula, es onda hasta que se le observa, colapsa y se convierte en partícula en un punto determinado y nosotros no somos sino un puñado de partículas subatómicas. Somos átomos configurados en moléculas orgánicas y gobernadas por una mente. Si yo comprendo que la Realidad que yo experimento es subjetiva, porque es mi proyección, y está condicionada a mi observación; a la forma como me siento emocionalmente hacía ella, si yo hago de este conocimiento un dogma de vida, que cale hasta la última célula de mi ser...qué no puedo lograr... ¿qué no puedo atraer a mi vida, cuando mente y corazón, (pensamientos y emociones), trabajan juntos hacía un objetivo común?

Es necesario tener en cuenta, que no hay nada que exista fuera de nuestra mente que tenga un significado propio. Es el cerebro, activado por la mente, es el que decodifica la información, la analiza, la integra, la proyecta e interpreta el holograma universal y le da un significado. Las frecuencias electromagnéticas de información, (Cuantos de información), que envían todas las cosas del universo causan la estimulación en las neuronas para decodificar este holograma e interpretarlo como la realidad. El proceso de determinar que el objeto existe exteriormente sólo se produce en la interpretación que hace la mente por la estimulación de los sentidos. En definitiva, lo que se ve, se oye, se degusta, se toca y se huele son patrones de estimulación neuronal que corresponden de manera parcial y limitada con lo que está "ahí", pero que sigue sin ser realmente "eso". Las frecuencias electromagnéticas, (cuantos de información), que causan la estimulación neuronal carecen completamente de color, gusto o textura. El mundo en sí mismo no tiene significado alguno. Las cualidades que experimentamos a través de la percepción sensorial son atributos creados por la mente por medio de la proyección. Si la percepción de la realidad es una proyección de la mente del observador queda entonces, de esta manera, ligada y sumergida la mente o la conciencia del mismo a lo que describimos como la realidad.

Algunos físicos afirman, que de alguna manera, todos somos los co-creadores de la realidad. El significado del mundo es una proyección de las creencias de la mente del observador, es decir, está condicionado por su paradigma mental. Recordemos, con la tención del observador la onda se convierte en partícula. Por consiguiente, tendría sentido y aplicación la siguiente reflexión: Si la naturaleza es una gran mente universal que esta interconectada a mi mente individual, entonces yo soy la naturaleza misma.

Autor: Néstor Jaramillo Hernández Medellín, marzo 11 de marzo de 2014

Fuente: http://www.monografias.com/trabajos100/implicaciones-filosoficas-del-decubrimiento-particual-dios-o-boson-higgs-s/implicaciones-filosoficas-del-decubrimiento-particual-dios-o-boson-higgs-s.shtml