En el post "Einstein se equivocó" veíamos como el físico John Bell había resuelto la paradoja EPR con la que el genial Albert Einstein había dejado constancia de su rechazo al entrelazamiento cuántico (fenómeno que implica que dos partículas intercambien información entre ellas instantáneamente sin importar lo alejadas que estén en el espacio o el tiempo). Las consideraciones teóricas de Bell y la posterior comprobación empírica de Alain Aspect de la no-localidad de la materia, es decir que todas las partículas interactúan entre sí sin importar factores como espacio o tiempo, obligan a la ciencia moderna a admitir la posibilidad de la existencia de fenómenos como la telepatía o la telekinesis y extrañamente validan la concepción del universo descripta por los antiguos Vedas en los albores de las civilizaciones humanas.
Una vez demostrado por la ciencia esta notable cualidad de la materia, si tenemos en cuenta que toda la materia del universo estuvo condensada en un punto inicial que dio paso al Big Bang y a la posterior formación del universo conocido, podríamos afirmar que todos estamos entrelazados.
A continuación les ofrezco una interesante explicación de la filosofía hindu que espero que lean atentamente para extraer sus propias conclusiones sobre la base de una mente abierta a nuevas interpretaciones de la materia y la realidad.
"Si todos los habitantes de este planeta fuésemos sordos, daríamos por hecho que el mundo es un lugar silencioso, sin embargo, ser sordo no hace a la realidad muda. Esa es la trampa que nos tienden los sentidos. Tendremos que empezar a desconfiar de ellos".
Para entender cualquiera de las cuatro filosofías siguientes -Hinduismo, Taoísmo, Budismo y Budismo Zen- es importante darse cuenta que son religiosas en esencia. El principal objetivo de ellas es la directa experiencia mística de la realidad y ya que esta experiencia es religiosa por naturaleza, son inseparables de la religión. Más que para cualquiera de las otras tradiciones orientales, esto es verdad para el Hinduismo, donde la conexión entre filosofía y religión es particularmente fuerte.
El Hinduismo no es realmente una filosofía, ni tampoco es una religión bien definida. En realidad es, un organismo socioreligioso enorme y complejo, que integra a innumerables sectas, cultos y sistemas filosóficos e incluye variados rituales, ceremonias y disciplinas espirituales, como también la veneración de numerosos dioses y diosas.
El origen espiritual del Hinduismo se encuentra en las Vedas, colección de escrituras antiguas escritas por sabios anónimos, los llamados profetas Védicos. Hay cuatro Vedas, la más antigua de ellas es el Rig Veda. Escrito en sánscrito antiguo, el idioma sagrado de la India, las Vedas se han mantenido como la más alta autoridad religiosa para muchas de las secciones del Hinduismo. Cada una de las Vedas consiste de varias partes que fueron compuestas en diferentes períodos, probablemente entre 1500 y 500 años a.C. La parte más reciente es la llamada Upanishad que contiene la esencia del mensaje espiritual del Hinduismo. Ha guiado e inspirado a los sabios hindúes en los últimos 25 siglos de acuerdo al consejo dado en sus versos:
“Tomando como un arco el gran arma del Upanishad,
debes de colocar sobre él una flecha afilada por la meditación.
Estirarlo con un pensamiento dirigido a la esencia de Aquello
Y penetrar, amigo mío, aquel Imperecedero como el blanco”
La base de todo el Hinduismo, es la idea de que la plétora de cosas y eventos que nos rodean no son sino diferentes manifestaciones de la misma realidad última. Esta realidad, llamada Brahmán, es el concepto cohesionador que le da su carácter de unidad al Hinduismo, a pesar de la veneración de variados dioses.
Brahman, la realidad cúspide, final, se entiende como el “alma” o esencia interior de todas las cosas. Es infinita y más allá de cualquier concepto; no puede ser comprendida por el intelecto ni puede ser adecuadamente descrita con palabras: “Brahman, sin comienzo, supremo: más allá de lo que es y más allá de lo que no es” “Incomprensible es aquella Alma Suprema, ilimitada, no nacida, no puede racionalizarse, impensable”. Aun así la gente quiere hablar sobre esta realidad y los sabios hindúes con su característico gusto al mito se han imaginado Brahman como divino y hablan sobre Aquello en un lenguaje mitológico. A los diversos aspectos de lo Divino se les ha dado distintos nombres de variados dioses venerados por los hindúes, pero las escrituras dejan muy en claro que no son más que reflejos de una única realidad última:
“Esto que la gente dice, “¡Venera este Dios!, ¡venera aquel Dios!” uno tras el otro, esto es realmente la creación de él -de Brahman- Y él mismo es todo los dioses.
La manifestación de Brahman en el alma humana se llama Atman, la idea que Atman y Brahman, el individuo y la realidad última, son uno, es la esencia del Upanishad.
Aquel que es la más fina esencia, todo este mundo lo tiene como su alma. Esta es la realidad. Este es Atman. Aquel eres tú”.
Imagen de Brahma o El Absoluto |
Por lo tanto, maya, no significa que el mundo es una ilusión, como equivocadamente se dice. La ilusión meramente se encuentra en nuestro punto de vista, si pensamos que las formas y estructuras, cosas y eventos, que nos rodean son realidades de la naturaleza, en vez de darnos cuenta de que ellos son conceptos creados por nuestras mentes empeñadas en medir y categorizar. Maya es la ilusión de tomar estos conceptos por realidades, de confundir el mapa con el territorio.
En la visión hindú de la naturaleza, por lo tanto, todas las formas son relativas, fluidas, el siempre cambiante maya, conjurado por el gran mago de la divina obra teatral. El mundo de maya cambia continuamente pues el divino lila es una obra rítmica y dinámica. La fuerza dinámica de la obra es karma, otro concepto importante del pensamiento hindú. Karma significa “acción”. Es un principio activo de la obra, la acción total del universo, donde todo está dinámicamente conectado con todo el resto. “Karma es la fuerza de la creación, de la cual todas las formas obtienen su vida”.
Símbolo del OM, unidad entre lo físico y lo espiritual |
“Toda acción sucede en el tiempo por la interrelación de las fuerzas de la naturaleza, pero el hombre perdido en su engaño egoísta piensa que él mismo es el actor.
Pero el hombre que conoce la relación entre las fuerzas de la naturaleza y las acciones, ve como algunas fuerzas de la naturaleza trabajan sobre otras fuerzas de la naturaleza, y por ello deja de ser su esclavo”.
Liberarse del conjuro de maya, romper las ataduras de karma, significa darse cuenta de que todo fenómeno que percibimos con nuestros sentidos son parte de la misma realidad. Significa experimentar, completamente y personalmente, que todo, incluyéndose uno mismo, es Brahman. Esta experiencia es llamada moksha, o “liberación” en la filosofía hindú y es una parte de la esencia del hinduismo.
El hinduismo mantiene que existen innumerables maneras de liberarse. Nunca se esperaría que todos sus seguidores lograran acercarse a lo divino de la misma manera y por ello provee diferentes conceptos, rituales y ejercicios espirituales para diferentes modos de conciencia. El hecho que muchos de los conceptos o prácticas sean contradictorias no preocupa en lo más mínimo a los hindúes pues ellos ya saben que Brahman está más allá de conceptos e imágenes. Debido a esta posición se explica la gran tolerancia que es característica del hinduismo.
El yoga, un camino espiritual |
La mente occidental se confunde fácilmente con el número fabuloso de dioses y diosas que pueblan la mitología hindú en sus variadas apariciones y encarnaciones. Para entender como los hindúes pueden desenvolverse entre esta multitud de deidades, debemos entender la actitud básica del hinduismo de que en la sustancia todas estas divinidades son idénticas. Son todas manifestaciones de la misma realidad divina, reflejan diferentes aspectos del infinito, omnipresente y finalmente incomprensible Brahmán.
Extraido de "La Página de la Vida" http://www.proyectopv.org/