La noticia recorrió el mundo y causó asombro: "Marihuana: Mujica recibe apoyo de George Soros en programa de combate a arcotráfico..."
"El presidente de Open Society Foundation, George Soros ofreció al presidente José Mujica, apoyar programas educativos en Uruguay con el objetivo de combatir el consumo de drogas y otras adicciones y aseguró que los cambios internacionales en cuanto a la regulación de la marihuana dependerán del éxito que tenga Uruguay".
A todas luces es una pareja discordante. Que hace el viejo luchador de izquierda que intentó instaurar en el poder un régimen marxista a fines de la década del sesenta por la vía de las armas con el multimillonario especulador financiero, inversionista y filántropo judío al que la revista Forbes ubica entre las diez mayores fortunas del mundo y que es uno de los dueños de la tristemente célebre multinacional Monsanto?
Sin dudas que es una sociedad de conveniencia.
Mujica, el presidente uruguayo, tenía ideas revolucionarias para su gobierno. En su poco recordado discurso de asunción al cargo subrayó de manera contundente cuales deberían ser las preocupaciones del estado: "...los temas de Estado deben ser pocos y selectos. Deben ser aquellos asuntos en los que pensamos que se juega el destino, la identidad, el rostro futuro de esta sociedad. Sin pretensiones de verdad absoluta, hemos dicho que deberíamos empezar con cuatro asuntos. Permitanme un pequeño subrayado: EDUCACIÓN, EDUCACIÓN, EDUCACIÓN Y OTRA VEZ EDUCACIÓN. Los gobernantes deberíamos ser obligados todas las mañanas a llenar planas como en la escuela escribiendo cien veces: debo ocuparme de la educación..."
Lamentablemente transcurrieron cuatro años de su gobierno y el asunto de estado al que había dedicado la parte central de su primer discurso como presidente terminó sumido en un descrédito general. Después de recorrer un camino que lo vapuleó entre los reclamos de los sindicatos de la enseñanza, las desinteligencias de los organismos de dirección, el fallido intento de acuerdo con los partidos de la oposición durante el año 2012, las despiadadas pruebas Pisa que dejaron al descubierto que, pese al importante aumento del PBI destinado a la enseñanza, el Uruguay obtenía los peores índices de calidad de su educación del siglo XXI. Finalmente el propio presidente reconoce, en entrevistas tanto a la señal televisiva oficialista TVCiudad como ante el periodista Jordi Évole en una entrevista para la cadena televisiva La Sexta de España, que fracasó en la reforma educativa.
Reconociendo de antemano su fracaso en cambiar para mejor la política educativa del Uruguay, perdida también la batalla de la reforma del estado, otra de las propuestas centrales del gobierno del Pepe Mujica, el inefable presidente uruguayo decide recorrer caminos mas fáciles y que promuevan cambios "revolucionarios" durante su gestión. La ley de Matrimonio Igualitario y la ley que regula el consumo y el autocultivo de la marihuana se roban la atención de la opinión pública desviándola de temas trascendentales y provocando un raro efecto internacional de enamoramiento de la comunidad internacional con la figura de José Mujica y, por arrastre, con el Uruguay.
En un principio eran tímidas intervenciones de periodistas representantes de la izquierda europea que difundían la imagen bonachona de Mujica con alusiones reales al "presidente mas pobre del mundo" y otras cualidades populares del presidente uruguayo. Más tarde el clamor internacional fue haciendo crecer la figura de Mujica en la comunidad internacional, llegando al intento fallido de un grupito de incondicionales para promoverlo al Premio Nobel de la paz. Dadas las características personales de Mujica, su romántico pasado construido para la opinión pública internacional, donde se lo presenta como un luchador por la libertad de su pueblo, estos devaneos de la prensa internacional se diría que son previsibles. Pero un fenómeno nuevo comienza a gestarse. La elite financiera norteamericana con su potente aparato que domina los medios de comunicación globales comienza a destacar al presidente uruguayo. El propio presidente de los Estados Unidos de América se fija en Mujica y lo destaca como "...un líder a lo largo de todo el hemisferio" y hasta la revista inglesa The Economist nombra al Uruguay país del año.
Presidentes Mujica y Obama durante la visita del primero a Washington |
Son merecidos este cúmulo de distinciones?
Haciendo un repaso de la situación se hace patente que todos estos cantos de ángeles obedecen a un estudiado plan para lograr bajar las defensas de la vernácula izquierda uruguaya hasta aceptar la "sociedad" propuesta por George Soros, el mayor accionista de Monsanto, una de las mas grandes multinacionales en las que se apoyan la globalización y el "new order", que está revolucionando el mundo patentando semillas transgenicas y empujando a la humanidad a perder la diversidad biológica que fue característica de miles de años de evolución del ser humano sobre la Tierra. Encandilado por su impresionante "éxito" a nivel internacional, Mujica aprieta el acelerador de la legalización del consumo de la marihuana a pesar que según encuestadoras uruguayas como Equipos Mori, Cifra y Factum revelan que entre un 58 y un 66% de la población del Uruguay se opone a la legalización de la droga. El círculo se cierra. La marihuana que va a vender el gobierno uruguayo a sus conciudadanos tendría una "marca" genética que la distinguiría de la comercializada por el narcotráfico. Tendría unos "marcadores genéticos" provistos por Monsanto que la haría única y fácil de verificar. En su visita al presidente de los Estados Unidos, acompañan al gobierno uruguayo militantes de izquierda que obtienen, del mismísimo Soros, financiación para incidir en la opinión pública uruguaya favorable a una ley que baje la edad de imputabilidad de los menores infractores. Abrazar "sapos" y "culebras", la popular frase de José Mujica se convierte en una tremenda realidad cuando la otrora contestataria izquierda uruguaya pasa a financiarse con los dólares de uno de los más selectos líderes del mundo capitalista. Nadie protesta. Nadie expresa el menor escrúpulo. Los dueños del mundo ganan la partida otra vez.
Por que Monsanto se asocia con el Uruguay en el "experimento" de la legalización de la marihuana?
No es difícil darse cuenta de a que apunta el plan de legalizar la droga. No basta con manejar la prensa, el
mundo de la televisión y el cine de Hollywood, afinados aparatos dirigidos a absorber el alma de los seres humanos convirtiéndolos en consumidores de basura cultural, distrayendo sus mentes de asuntos trascendentes y anulando su voluntad. Todo este proceso ser vería acelerado utilizando la marihuana, conocida también como la droga de la pereza, que actuaría como catalizador de la sociedad apresurando procesos que, de otra manera, serían mucho mas largos. Además de esto se conseguiría un doble propósito de legalizar un tráfico que reporta ganancias millonarias y que pasaría de la clandestinidad a contar con un status legal que haría al negocio mucho mas controlable y rentable.
Durante la segunda mitad del siglo XX el grupo de Bilderberg aprendió que para lograr un dominio mundial debía ser mucho mas pragmático y emplear todos los medios a su alcance para dominar a sus enemigos.
Consecuencia de esta nueva forma de encarar las relaciones internacionales fue la caída del imperio soviético sin derramar una gota de sangre. La guerra fría fue sustituida por el elusivo terrorismo internacional, mucho mas manejable y redituable ya que era un enemigo ficticio y dúctil al que se le podía dar la cara que las circunstancias aconsejaran. La necesidad de los seres humanos de un mundo mejor fue canalizada y redirigida hacia los organismos internacionales de la ONU y hacia determinadas fundaciones de grupos o millonarios "filántropos" cuyo fin sería empatizar con las fuerzas de izquierda, enmascarando la concentración cada vez mayor del capital con un rostro "humanista" y favoreciendo el pasaje de la humanidad hacia un mundo globalizado y manejado por las grandes multinacionales, incluídas la ONU, FIFA, etc., donde un puñado de poderosos convencerían al resto de los seres humanos a ponerse en sus manos, ingeniería social mediante. Una auténtica distropía al mejor estilo de Un mundo Feliz de Aldous Huxley, sustituyendo la soma, droga que hacía feliz a la humanidad imaginada por Huxley, por la marihuana transgenica.
José Mujica presidente de Uruguay junto a George Soros, principal accionista de Monsanto durante las conversaciones sobre la legalización de la marihuana |
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