La historia nos llega desde el libro del Génesis hebreo y es común para toda persona perteneciente a la civilización judeo-cristiana mas allá de afinidades religiosas.
La Biblia dice que toda la Tierra tenía una misma lengua. Los hombres, en su camino desde el oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar (Mesopotamia en Asia Menor) y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: “Edifiquemos una ciudad y también una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo”. Pero el Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo y dijo: “Si esta es la primera obra que realizan, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y todos hablen la misma lengua. Bajemos entonces, y una vez allí, confundamos su lengua, para que ya no se entiendan unos a otros”.
En algunas interpretaciones de esta historia mítica se señala a Nimrod, biznieto de Noé el creador del Arca que sobrevivió al Diluvio, como el primer poderoso de la Tierra y forjador del primer reino del que se tenga conocimiento, en la tierra de Sumeria. Nimrod sería el promotor de la ciudad de Babel y de la famosa Torre que desafiaba a Dios y a las leyes de Dios.
Pues bien, haciendo una comparación cinco mil años después y pasados los enfrentamientos que dividieron al género humano durante el siglo XX en dos grandes guerras mundiales y cuarenta años de “guerra fría”, hoy el mundo está transitando una senda que, mas allá de pequeños focos de abierta rebeldía como Al Qaeda que todavía no sabemos si son reales o simples cortinas de humo para personificar y darle una cara visible al “mal” que nos acecha, parece consolidarnos a todos en una única sociedad que propone las mismas reglas para todos y espera el mismo sometimiento de todos y cada uno de los seres que la componen. Esta interesante revolución integradora está patrocinada sin dudas por la globalización y los distintos organismos supranacionales cuya acción es cada vez mas visible en todos los rincones del planeta. Un punto interesante es que estos organismos, algunos pertenecientes a las Naciones Unidas y otros formados por afinidades varias, se manejan como cualquier empresa y obedecen a estrategias y planificaciones a largo plazo formuladas por su staff gerencial que desconocemos por quien o quienes está mandatado y que dista mucho de ser democrático.
El hecho es que cinco mil años después de Babel los seres humanos parece que estamos nuevamente unidos y “hablando una misma lengua”, esto en sentido figurado, aunque todos sabemos que cualquier investigación científica que se precie y que merezca ser publicada en el mundo científico debe estar escrita en idioma inglés. Esta “única lengua” en el mundo científico ya se está hablando desde hace más de cien años. Desde hace mucho los científicos de todo el mundo se han ido reuniendo, intercambiando ideas, descubrimientos y proyectos, al principio por correspondencia privada, luego en distintas publicaciones que fueron tomando fama y prestigio dentro de la propia comunidad. Y este año, en la Babel legendaria en que se ha convertido la llamada “aldea global”, hace su aparición el Nimrod del siglo XXI en la persona del Doctor John Craig Venter, bioquímico y hombre de negocios norteamericano, que según la prestigiosa revista Science ha logrado la hazaña histórica para la ciencia de crear una célula bacteriana con el genoma sintético. Para ello crearon un genoma totalmente artificial en un laboratorio copiando el de la bacteria “Mycoplasma mycoides” y después de vaciar una célula de otra especia de bacteria, introdujeron el código genético sintético en la célula recipiente que milagrosamente “cobró vida” y se comportó como la bacteria de la cual se había sacado el modelo, llegando también a reproducirse.
¿Quién es John Craig Venter?
Considerado también el padre del Genoma Humano ya que es el fundador de la empresa Celera Genomics que en 1999 comenzó su propio Proyecto Genoma Humano al margen del consorcio público y con fines comerciales. Nacido el 14 de octubre de 1946, obtuvo la licenciatura de Bioquímica en 1972 y el doctorado en Farmacología en 1975, ambos en la Universidad de California al volver de la guerra de Viet Nam. Desde el 2004 está navegando alrededor del mundo en su lujoso yate Sorcerer II lo que considera una actualización de los grandes viajes científicos de los siglos XVIII y XIX a bordo del HMS Beagle y del HMS Challenger. Está capturando el ADN de los virus y bacterias en papel de filtro y enviándolo para ser secuenciado y analizado en sus prefecturas de Rockville, Maryland. La esperanza es descubrir decenas, o incluso centenares de millones de genes nuevos, una inmensa cantidad de información sobre la biodiversidad de la Tierra. Asegura que de este modo será posible extrapolar estadísticamente la vida de la Tierra, poniendo todo lo que olvidó Darwin en contexto. Los microorganismos también pueden tener la clave para generar una casi infinita cantidad de energía, desarrollar poderosos fármacos y limpiar la contaminación producida por los humanos. El viaje también puede ser provechoso para responder preguntas sobre la microevolución y la supervivencia de las especies. El gobierno estadounidense, en un hecho muy significativo, está subvencionando la travesía a través del Departamento de Energía.
En octubre de 2007, Craig Venter anuncia haber conseguido crear un cromosoma artificial a partir de elementos químicos, como paso previo a la creación de la primera forma de vida artificial de la Tierra.
En julio de 2009 firmó un acuerdo con la empresa petrolera Exxon Mobil para conseguir producir hidrocarburos a partir de algas fotosintéticas. La idea es conseguir que el CO2 de la atmósfera se convierta en combustible. Venter pone los conocimientos, Exxon el dinero: 600 M US$.
El Doctor Venter, así como lo fue Nimrod en su tiempo, es sin dudas un poderoso. Tomando el sentido de esta palabra aún mas allá del contexto del dinero y el mundo empresarial: Venter está jugando a ser Dios!
Este científico estadounidense es líder y parte de un muy restringido grupo de hombres y mujeres alrededor del mundo que comprenden en su totalidad el significado de palabras como secuenciamiento del ADN y genoma, que podrían convertirse en un mágico “abracadabra” moderno que permita, a un selecto grupúsculo de seres humanos, convertirse en dioses.
Esta noticia que ha tomado desprevenidos a algunos y a otros no tanto. Seguramente ya era conocida hace tiempo por los fabricantes de sueños que conducen los destinos de toda la humanidad y que poco a poco están estrechando el cerco de ilusiones con que esconden sus manejos reales. No en vano vemos como el Doctor Venter se está haciendo rico en colaboración con empresas petroleras como Exxon y bajo la atenta mirada y supervisión del Departamento de Estado norteamericano.
¿Es la agenda de este científico conocida? ¿A quien obedecen sus intereses? ¿Coincidirán con los intereses de los miles de millones de seres comunes que conviven con él en el planeta?
En un intento de llegar al Cielo la humanidad está construyendo una nueva Torre de Babel llamada “vida artificial”. ¿Tendrá éxito? ¿Bajará Dios nuevamente a confundir nuestro lenguaje común ya sea literalmente o personificado por una super bacteria que termine o dañe irreparablemente el delicado equilibrio que permite la vida sobre la Tierra? Quisiéramos ser tan optimistas como el genetista católico italiano Angelo Vescovi quien en declaraciones a Radio Vaticano aseguró que el investigador estadounidense “no ha descubierto absolutamente nada nuevo” por mas que la nueva célula cuyo núcleo fue programado en una computadora y sintetizado con sustancias químicas fabricadas en un laboratorio, y que se compone de fragmentos de un cromosoma de 381 genes de longitud y que contiene 580.000 pares de bases de código genético que fueron cosidos unos a otros minuciosamente, sigue vivita y coleando…
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